Friday, August 04, 2006

La Prepa

La Prepa
Francisco Javier Chaín Revuelta

La “nueva” Reforma de la Escuela Secundaria (RES) (Acuerdo 384 de la Secretaría de Educación Foxista, publicado en el Diario Oficial de la Federación, 26 de Mayo de 2006) desaparece las materias de Biología, Química y Física “convirtiéndolas” en una sola que llamarán “Ciencias” Contiene tal reforma tantas otras tonterías (consúltela y juzgue usted mismo) que nuestros niños y jóvenes continuarán haciendo lo que siempre han hecho: Aprender por ellos mismos. El autoaprendizaje es el camino porque nadie vislumbra mejor remedio. Aprenderán por sí mismos, avanzarán por ellos mismos apoyados con las naturales luces de su razón y el auxilio de buenos libros o selectos sitios de Internet. Todo, siempre y cuando, su cerebro no haya sido desvastado y destruido anterior y directamente por los programas de la televisión mexicana. Lo que sí hay que advertir, sin alentar esperanzas, es que aquellos niños que tuvieron la mala fortuna de ver más de tres programas seguidos de una tal “chimoltrufia” padecen desde entonces gran daño por desgracia irreversible, de tal magnitud, que si por distorsiones del destino, algún día llegaran a ser diputados, no podrían dejar de citar, en la Máxima Tribuna de la Nación, contundentemente y sin remedio, proverbios y frases del televisivo y monstruoso ser.

Pero como niños, jóvenes y adultos son tan inteligentes que aprenden a pesar de las escuelas, la nota quiere comentarles sobre la Prepa. Comentar que el instrumento ideológico positivista fue el que hizo posible la organización de la escuela Preparatoria. La razón y la ciencia, tal como la concebía la filosofía positivista, sirvieron de fundamento a los planes de estudios y fueron en todo momento el criterio para resolver los problemas didácticos. Mientras se conservó la confianza en aquella filosofía, la escuela preparatoria no perdió su eficacia. La reforma de 1896, en la medida en que montaba sobre las mismas bases, modificó solamente aspectos secundarios. Pero cuando se abandonó la doctrina sobre los conocimientos humanos que servía de estructura al plan de estudios, el sistema de las ciencias fue sustituido, a base de rectificaciones y añadiduras, por la pura yuxtaposición de disciplinas científicas y filosóficas, es decir, por el enciclopedismo en el peor sentido de la palabra. La reforma de 1921 –con el antecedente veracruzano de 1915- dio un paso adelante en otra dirección. Con un gran sentido de las condiciones sociales del país, al organizar por separado el primer ciclo de la enseñanza media, le imprimió un acento democrático y la obligó a abrirse a grupos cada vez más amplios de las clases medias y de las clases trabajadoras de las ciudades. El primer ciclo así organizado como “escuela secundaria” se ligó saludablemente a la enseñanza primaria y cobró un sentido más universal y práctico de preparación para la vida y no de mero entrenamiento para los estudios de la universidad. Sin embargo, la reforma no contribuyó a aclarar el problema de conjunto de la enseñanza media y, paradójicamente, operó como elemento de división. El segundo ciclo quedó en manos de las instituciones de enseñanza superior y acentuó cada vez más su carácter “preparatorio” en medio de una anarquía atroz de orientaciones y de cambios. Las escuelas normales, lo mismo que las de enseñanza técnica, se apartaron completamente. La enseñanza técnica, que había tenido un carácter limitado y ocasional y que empezó a ser impulsada precisamente en los años inmediatamente posteriores a esta reforma, estableció sus ciclos prevocacional y vocacional, encaminados también a estudios superiores, con una visión demasiado estrecha de la preparación técnica y profesional y con olvido completo de las otras finalidades educativas de formación general.

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